lunes, 6 de abril de 2015

CITAS SOBRE KAFKA

            Viñeta extraída del cómic "Kafka" de Robert Crumb

"Ningún otro escritor de nuestra era, y quizás ninguno desde Shakespeare, fue tan sobreinterpretado y encasillado" (Zane Mairowitz)


“El mundo de Kafka es, en verdad, un universo inefable en el que el hombre se permite el lujo torturante de pescar en una bañera sabiendo que no saldrá nada de ella” (Albert Camus)


“Es difícil saber si Franz Kafka fue el mejor escritor del siglo XX-¿cómo se mide algo así?-, lo seguro es que no se merecía el premio Nobel. Entiéndanme, tal vez lo merecía pero no se lo merecía. El problema no es que parte de su obra sea póstuma y la publicada en vida fuera casi secreta –digamos que más que el año pasado la de Mo Yan-, el problema es el carácter de esa obra y, sobre todo, de su autor. Darle el Nobel a alguien que escribió la Carta al padre hubiera sido enviar a la corte de Suecia a un hombre incómodo dentro de su pellejo al que cuesta imaginar más cómodo dentro de un frac.” (Javier Rodríguez Marcos)


“Todo el arte de Kafka consiste en obligar al lector a releer. Sus desenlaces, o la ausencia de desenlaces, sugieren explicaciones, pero que no se revelan claramente y que exigen, para que parezcan fundadas, una nueva lectura del relato desde otro ángulo. A veces hay una doble posibilidad de interpretación, de donde surge la necesidad de dos lecturas. Eso es lo que buscaba el autor. Pero sería un error querer interpretar todo detalladamente en Kafka. Un símbolo está siempre en lo general, y, por precisa que sea su traducción, un artista no puede restituirle sino el movimiento: no hay traducción literal. Por lo demás, nada es más difícil de entender que una obra simbólica. Un símbolo supera siempre a quien lo emplea y le hace decir en realidad más de lo que cree expresar. A este respecto, el medio más seguro de captarlo consiste en no provocarlo, en leer la obra con un espíritu no prevenido y en no buscar sus corrientes secretas. En cuanto a Kafka en particular, está bien consentir en su juego, y acercarse al drama por la apariencia y a la novela por la forma” (Albert Camus)


“Kafka albergaba en su interior todo un mundo literario. Leer y escribir configuraban su destino,
constituían su razón de ser. No es extraño que insistiera en que todo su ser era literatura. Cuando se analiza su obra, se descubre que es producto de una compleja red de influencias. En cierto sentido se puede decir que Kafka asimila una herencia literaria multiforme, de una variedad asombrosa. El contenido de su biblioteca nos da una idea de esta herencia. Junto a las colecciones de cuentos, sagas y relatos populares, muchos de ellos pertenecientes a la tradición judía, encontramos las corrientes clásicas de Goethe y Schiller, la literatura rusa, personificada en Gogol, Dostoyevski y Tolstoi, la francesa, en Flaubert y Stendhal. Sus lecturas se extendían a las obras de autores nórdicos como Ibsen, Strindberg o Hamsun, también a un cierto tipo de literatura emancipada. Leía a autores contemporáneos como Max Brod, Arthur
Schnitzler y Franz Werfel, sin descuidar a los grandes escritores del pasado como Cervantes, Shakespeare o Dante. Se podrían seguir enumerando autores y géneros literarios, pero sólo constataríamos lo que una bibliografia secundaria prácticamente inabarcable, empeñada en diseccionar oración por oración la obra de Kafka, ha puesto de manifiesto: Kafka es un nudo gordiano[1] de la literatura”


“Por un lado, la transparencia de las frases y los gestos, la voluntad de racionalizar y, por otro, los abismos, la confusión, y la impenetrablilidad de la acción, la dificultad de poner en relación plausible frases y gestos, uno por uno, obligan al lector a buscar una lógica escondida” (Gerard Kurz)

“Si uno quisiera elegir al escritor más representativo de nuestro siglo, es posible que acabara vagando desesperadamente entre legiones de desposeídos. Probablemente habrá un siglo XXI, y los lectores —si existen lectores, tal como los entendemos nosotros— seleccionarán a nuestro Dante (¿Kafka?) y a nuestro Montagne (¿Freud?)” (Harold Bloom)






[1] Nudo gordiano: El término "nudo gordiano" ha permanecido en el lenguaje para dar nombre a una dificultad que no se puede resolver, a un obstáculo difícil de salvar o de difícil solución o desenlace, en especial cuando esta situación sólo admite soluciones creativas o propias del pensamiento lateral. "Cortar el nudo gordiano" significa resolver tajantemente y sin contemplaciones un problema, es decir, que descubriendo la esencia del problema, podremos revelar todas sus implicaciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario