miércoles, 6 de abril de 2016

SELECCIÓN DE POESÍAS DE AUTORES DE LA GENERACIÓN DEL 27: LUIS CERNUDA

LUIS CERNUDA


Reunió su poesía con el título común de La realidad y el deseo. Precisamente, resulta clave en su obra este conflicto entre realidad y deseo, entre la sociedad y el poeta. Uno de sus temas principales es el amor, que se quiere permanente y absoluto y que conduce a la frustración. Otros son la soledad, el hastío, la añoranza de un mundo más habitable…



Ninguna nube inútil
Ni la fuga de un pájaro,
Estremece tu ardiente
resplandor azulado.

Así sobre la tierra
Cantas y ríes, cielo,
Como un impetuoso
Y sagrado aleteo.

Despordado en el aire
Tantas luces altivas
Aclaras felizmente
Nuestra nada divina.

Y el acorde total
Da al universo calma.
Árboles a la orilla
Soñolienta del agua…

Sobre la tierra estoy;
Déjame estar. Sonrío
A todo el orbe; extraño
No le soy porque vivo.

(De Primeras poesías)

SI EL HOMBRE PUDIERA DECIR

Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo, dejando sólo la verdad
        de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería al fin aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso
       en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia   
      mezquina,
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y mi espíritu flotan en su cuerpo y espíritu, como leños perdidos que el mar anega o levanta,
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad porque muero.

Tú justificas mi existencia.
Si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he    
     vivido.
                 ( De Los placeres prohibidos, 1931)
...........................................................
  Donde habite el olvido,
en los vastos jardines sin aurora;
dónde yo sólo sea
memoria de una piedra sepultada entre ortigas
sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.
Donde mi nombre deje
al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
donde el deseo no exista.

En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
no esconda como acero
en mi pecho su ala,
sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el  
     tormento.
Allá donde termine este afán que exige un dueño a
    imagen suya,
sometiendo a otra vida su vida,
sin más horizonte que otros ojos frente a frente.

Donde penas y dichas no sean más que nombres,
cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
disuelto en niebla, ausencia,
ausencia leve como carne de niño.

Allá, allá lejos;
donde habite el olvido.

    (De Donde habite el olvido, 1932-1933)
..................................................................
MI ARCÁNGEL

No solicito ya ese favor celeste, tu presencia;
como incesante filo contra el pecho,
como el recuerdo, como el llanto,
como la vida misma vas conmigo.

Tú fluyes en mis venas, respiras en mis labios,
te siento en mi dolor;
bien vivo estás en mí, vives en mi amor mismo,
aunque a veces
pesa la luz, la soledad.

Vuelto en el lecho, como niño sin nadie frente al muro,
contra mi cuerpo creo,
radiante enigma, el tuyo;
no ríes así ni hieres,
no marchas y te dejas, pero estás conmigo.

Estás conmigo como están mis ojos en el mundo, dueños de todo por cualquier instante,
mas igual que ellos, al hacer la sombra, luego vuelvo,
mendigo a quien despojan de su misma pobreza,
 al yerto infierno de donde he surgido.

         (De Donde habite el olvido)

TELARAÑAS CUELGAN DE LA RAZÓN

Telarañas cuelgan de la razón
en un paisaje de ceniza absorta;
ha pasado el huracán de amor,
ya ningún pájaro queda.
Tampoco ninguna hoja;
todas van lejos, como gotas de agua
de un mar cuando se seca,
cuando no hay lágrimas bastantes,
porque alguien, cruel como un día de sol en
       primavera,
con sólo su presencia ha dividido en dos un cuerpo.

Ahora hace falta recoger los trozos de prudencia,
aunque siempre nos falte alguno;
recoger la vida vacía
y caminar esperando que lentamente se llene,
si es posible otra vez, como antes,
de sueños desconocidos y deseos invisibles.

Tú nada sabes de ello,
tú estás allá, cruel como el día;
El día, esa luz que abraza estrechamente un triste 
      muro,
un muro, ¿no comprendes?
un muro frente al cual estoy solo.
                                (De Los placeres prohibidos)
......................................................................
DESDICHA

Un día comprendió cómo sus brazos eran
solamente de nubes;
Imposible con nubes estrechar hasta el fondo
un cuerpo, una fortuna.

La fortuna es redonda y cuenta lentamente
estrellas del estío;
hacen falta unos brazos seguros como el viento,
y como el mar un beso.

Pero él con sus labios,
con sus labios no sabe sino decir palabras;
palabras hacia el techo,
palabras hacia el suelo,
Y sus brazos son nubes que transforman la vida
en ire navegable.

(De Un río, un amor, 1929)

PEREGRINO

¿Volver? Vuelva el que tenga,
Tras largos años, tras un largo viaje,
Cansancio del camino y la codicia
De su tierra, su casa, sus amigos,
Del amor que al regreso fiel le espere.
Mas, ¿tú? ¿Volver? Regresar no pienas,
Sino seguir libre adelante,
Disponible por siempre, mozo o viejo,
Sin hijo que te busque, como a Ulises,
Sin Ítaca que aguarde y sin Penélope
Sigue, sigue adelante y no regreses,
Fiel hasta el fin del camino y tu vida,
No eches de menos un destino más fácil,
Tus pies sobre la tierra antes no hollada
Tus ojos frente a lo antes nunca visto


(De Desolación en la quimera)

SELECCIÓN DE POESÍAS DE AUTORES DE LA GENERACIÓN DEL 27: RAFAEL ALBERTI

RAFAEL ALBERTI

En su variadísima y extensa obra poética pueden distinguirse cuatro etapas: la primera, neopopularista (influencia de la copla andaluza, la lírica tradicional…); la segunda, vanguardista; la tercera, políticamente comprometida; la cuarta, su poesía durante el exilio, en el que trata la añoranza del país perdido entre otros muchos temas.



Si mi voz muriera en tierra,
llevadla al nivel del mar
y dejadla en la ribera.
Llevadla al nivel del mar
y nombradla capitana
de un blanco bajel de guerra.
¡Oh mi voz condecorada
con la insignia marindera:
sobre el corazón el ancla
y sobre el ancla una estrella
y sobre la estrella el viento
y sobre el viento la vela!
………………………….

Desahucio

Ángeles malos o buenos,
que no sé,
te arrojaron en mi alma.

Sola,
sin muebles y sin alcobas,
deshabitada.

De rondón, el viento hiere
las paredes,
las más finas, vítreas láminas.

Humedad. Cadenas. Gritos.
Ráfagas.

Te pregunto:
¿cuándo abandonas la casa,
dime,
qué ángeles malos, crueles,
quieren de nuevo alquilarla?

Dímelo.
……………………………

Hace falta estar ciego

Hace falta estar ciego
tener como metidas en los ojos raspaduras de vidrio,
cal viva,
arena hirviendo,
para no ver la luz que salta en nuestros actos,
que ilumina por dentro nuestra lengua,
nuestra diaria palabra.
Hace falta querer morir sin estela de gloria y alegría,
sin participación en los himnos futuros,
sin recuerdo en los hombres que juzguen el pasado
sombrío de la Tierra.
Hace falta querer ya en vida ser pasado,
obstáculo sangriento,
cosa muerta,
seco olvido.
………………………………..
Se equivocó la paloma.
Se equivocaba.
Por ir al norte, fue al sur.
Creyó que el trigo era agua.
Se equivocaba.
Creyó que el mar era el cielo;
que la noche, la mañana.
Se equivocaba.
Que las estrellas, rocío;
que el calor, la nevada.
Se equivocaba.
Que tu falda era tu blusa;
que tu corazón, su casa.
Se equivocaba.
(Ella se durmió en la orilla.
Tú, en la cumbre de una rama.)
…………………………..
Federico
Voy por la calle del Pinar
para verte en la Residencia.
Llamo a la puerta de tu cuarto.
Tú no estás.

Federico.
Tú te reías como nadie.
Decías tú todas tus cosas
como ya nadie las dirá.
Voy a verte a la Residencia.
Tú no estás.

Federico.
Por estos montes del Aniene
tus olivos trepando van.
Llamo a sus ramas con el aire.

Tú si estás.

SELECCIÓN DE POESÍAS DE AUTORES DE LA GENERACIÓN DEL 27: FEDERICO GARCÍA LORCA

FEDERICO GARCÍA LORCA

Los temas centrales de su obra son: la frustración, el dolor, el amor , la muerte, la rebeldía. En su obra se mezcla la audacia vanguardista con los ritmos populares. Su visión del mundo, al igual que en sus obras dramáticas, se basa en la idea de que la vida de los hombres se encuentra marcada por un destino trágico.



Córdoba. 
Lejana y sola. 
 
Jaca negra, luna grande, 
y aceitunas en mi alforja. 
Aunque sepa los caminos 
yo nunca llegaré a Córdoba. 
 
Por el llano, por el viento, 
jaca negra, luna roja. 
La muerte me está mirando 
desde las torres de Córdoba. 
 
¡Ay qué camino tan largo! 
¡Ay mi jaca valerosa! 
¡Ay que la muerte me espera, 
antes de llegar a Córdoba! 
 
Córdoba. 
Lejana y sola.

ROMANCE SONÁMBULO

Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.
Con la sombra en la cintura
ella sueña en su baranda,
Verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Verde que te quiero verde.
bajo la luna gitana,
las cosas la están mirando
y ella no puede mirarlas.

Verde que te quiero verde.
Grandes estrellas de escarcha
vienen con el pez de sombra
que abre el camino del alba.
La higuera frota su viento
con la lija de sus ramas,
y el monte, gato garduño[1],
eriza sus pitas[2] agrias.
¿Pero quién vendría?¿Y por dónde…?
Ella sigue en su baranda,
verde carne, pelo verde,
soñando en la mar amarga.

-Compadre, quiero cambiar
mi caballo por su casa,
mi montura por su espejo,
mi cuchillo por su manta.
Compadre, vengo sangrando,
desde los puertos de Cabra[3].
-Si yo pudiera, mocito,
este trato se cerraba.
Pero yo ya no soy yo.
Ni mi casa es ya mi casa.
-Compadre, quiero morir
decentemente en mi cama.
De acero, si puede ser,
con las sábanas de holanda[4].
No veis la herida que tengo
desde el pecho a la garganta?

-Trescientas rosas morenas
lleva tu pechera blanca.
Tu sangre rezuma y huele
alrededor de tu faja.
Pero yo ya no soy yo.
Ni mi casa es ya mi casa.
-Dejadme subir al menos
hasta las altas barandas.
Barandales de la luna
por donde retumba el agua.

Ya suben los dos compadres
hacia las altas barandas.
Dejando un rastro de sangre.
Dejando un rastro de lágrimas.
Temblaban en los tejados
farolillos de hojalata.
Mil panderos de cristal
herían la madrugada.

Verde que te quiero verde,
verde viento, verdes ramas.
Los dos compadres subieron.
El largo viento dejaba
en la boca un raro gusto
de hiel, de menta y de albahaca.
-¡Compadre! ¿Dónde está, dime?
¿Dónde está tu niña amarga?
-¡Cuántas veces te esperó!
¡Cuántas veces te esperara,
cara fresca, negro pelo,
en esta verde baranda1

Sobre el rostro del aljibe,
se mecía la gitana.
Verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Un carámbano de luna
la sostiene sobre el agua.
La noche se puso íntima
como una pequeña plaza.
Guardias civiles borrachos
en la puerta golpeaban.
Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar.
Y el caballo en la montaña.

(Romancero gitano)


CIUDAD SIN SUEÑO
(NOCTURNO EN BROOKLYN BRIDGE)

No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Las criaturas de la luna huelen y rondan las cabañas.
Vendrán las iguanas vivas a morder a los hombres que no sueñan
y el que huye con el corazón roto encontrará por las esquinas
al increíble cocodrilo quieto bajo la tierna protesta de los astros.

No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Hay un muerto en el cementerio más lejano
que se queja tres años
porque tiene un paisaje seco en la rodilla;
y el niño que enterraron esta mañana lloraba tanto
que hubo necesidad de matar a los perros para que callase.

No es sueño la vida. ¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!
Nos caemos por las escaleras para comer la tierra húmeda
o subimos al filo de la nieve con el coro de las dalias muertas.
Pero no hay olvido ni sueño. Carne viva
los besos atan las bocas
en una maraña de venas recientes,
y al que le duele su dolor le dolerá sin descanso
y al que teme la muerte la llevará sobre los hombros.

Un día los caballos
vivirán en las tabernas
y las hormigas furiosas
atacarán los cielos amarillos que se refugian en los ojos de las vacas.
Otro día
veremos la resurrección de las mariposas disecadas
y aun andando por un paisaje de esponjas grises y barcos mudos
veremos brillar el anillo y manar rosas de nuestra lengua.
¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!
A los que guardan todavía huellas de zarpa y aguacero,
a aquel muchacho que llora porque no sabe la invención del puente
o a aquel muerto que ya no tiene más que la cabeza y un zapato,
hay que llevarlos al muro donde iguanas y sierpes esperan,
donde espera la mano momificada del niño
y la piel del camello se eriza con un violento escalofría azul.

No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Pero si alguien cierra los ojos,
¡azotadlo, hijos míos, azotadlo!
Hay un panorama de ojos abiertos
y amargas llagas encendidas.

No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie.
Ya lo he dicho.
No duerme nadie.



[1] gato garduño: gato montés
[2] pitas: plantas oriundas del México y comunes en los montes de las costas mediterráneas.
[3] puertos de Cabra: zona de Córdoba famosa por la presencia de bandoleros en el siglo XIX.
[4] holanda: tela fina.

SELECCIÓN DE POESÍAS DE AUTORES DE LA GENERACIÓN DEL 27: VICENTE ALEIXANDRE

VICENTE ALEIXANDRE

La poesía de Aleixandre, muy influida por el surrealismo, expresa su ansia de fusión con la naturaleza. El poeta canta a la materia (la tierra, el mar, el sol, el viento…), única realidad existente, en la que el ser humano se encuentra.

Hermoso es, hermosamente humilde y confiante, vivificador y profundo,
sentirse bajo el sol, entre los demás, impelido,
llevado, conducido, mezclado, ruborosamente arrastrado.
No es bueno
quedarse en la orilla
como el malecón o como el molusco que quiere calcáreamente imitar a la roca.
Sino que es puro y sereno arrasarse en la dicha
de fluir y perderse,
encontrándose en el movimiento con que el gran corazón de los hombres palpita extendido.

Cómo ese que vive ahí, ignoro en qué piso,
y le he visto bajar por unas escaleras
y adentrarse valientemente entre la multitud y perderse.
La gran masa pasaba. Pero era reconocible el diminuto corazón afluido.
Allí, ¿quién lo reconocería? Allí con esperanza, con resolución o con fe, con temeroso denuedo,
con sincera humildad, allí él también transcurría.

Era una plaza abierta, y había olor de existencia.
Un olor a gran sol descubierto, a viento rizándolo,
un gran viento que sobre las cabezas pasaba su mano,
su gran mano que rozaba las frentes unidas y las reconfortaba.

Y era el serpear que se movía
como un único ser, no sé si desvalido, no sé si poderoso,
pero existente y perceptible, pero cubridor de la tierra.


Allí cada uno puede mirarse y puede alegrarse y puede reconocerse.

ADOLESCENCIA

Vinieras y te fueras dulcemente,
de otro camino
a otro camino. Verte,
y ya otra vez no verte.
Pasar por un puente a otro puente.
-El pie breve,
la luz vencida alegre-,
Muchacho que sería yo mirando
aguas abajo la corriente,
y en el espejo tu pasaje
fluir, desvanecerse.

SELECCIÓN DE POESÍAS DE AUTORES DE LA GENERACIÓN DEL 27: GERARDO DIEGO

GERARDO DIEGO

Su extensa obra poética se caracteriza por su variedad formal y temática. En ella conviven el vanguardismo ultraísta y creacionista, el neopopularismo, el gongorismo y los moldes clásicos



  Guitarra

Habrá un silencio verde
todo hecho de guitarras destrenzadas
La guitarra es un pozo




con viento en vez de agua.
……………………………
Cuarto de baño

Qué claridad de playa al mediodía,
qué olor de mar, qué tumbos, cerca, lejos,
sí, entre espumas y platas y azulejos,
Venus renace a la mitología.

Concha de porcelana, el baño fía
su parto al largo amor de los espejos,
que, deslumbrados, ciegos de reflejos,
se empañan de un rubor de niebla fría.

He aquí, olorosa, la diosa desnuda.
Nimbo de suavidad su piel exuda
y en el aire se absuelve y se demora.

Venus, esquiva en su embozo, huye.
Su alma por los espacios se diluye,
y solo –olvido. un grifo llora y llora.
…………………………………..

El ciprés de Silos

Enhiesto surtidor de sombra y sueño
que acongojas el cielo con tu lanza.
Chorro que a las estrellas casi alcanza
devanado a sí mismo en loco empeño.

Mástil de soledad, prodigio isleño;
flecha de la fe, saeta de esperanza.
Hoy llego a ti, riberas del Arlanza,
peregrina al azar, mi alma sin dueño.

Cuando te vi, señero, dulce, firme,
qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender como tú, vuelto en cristales,

como tú, negra torre de arduos filos,
ejemplo de delirios verticales,
mudo ciprés en el fervor de Silos.
………………………………..
Insomnio

Tú y tu desnudo sueño. No lo sabes.
Duermes. No. No lo sabes. Yo en desvelo,
y tú, inocente, duermes bajo el cielo.
Tú por tu sueño y por el mar las naves.

En cárceles de espacio, aéreas llaves
te me encierran, recluyen, roban. Hielo,
cristal de aire en mil hojas. No. No hay vuelo
que alce hasta ti las alas de mis aves.

Saber que duermes tú, cierta, segura
-cauce fiel de abandono, línea pura-,
tan cerca de mis brazos maniatados.

Qué pavorosa, esclavitud de isleño,
yo insomne, loco, en los acantilados,

las naves por el mar, tú por tu sueño.

SELECCIÓN DE POESÍAS DE AUTORES DE LA GENERACIÓN DEL 27: JORGE GUILLÉN

JORGE GUILLÉN

Sus dos libros más importantes son Cántico y Clamor. En Cántico, el poeta presenta, dentro de la estética de la poesía pura, un mundo perfecto, armónico, en el que los seres alcanza su plenitud. En Clamor el mundo bien hecho de Cántico ya no está ahora tan bien hecho, y tiene sus propios defectos; guerra, miseria, dolor, opresión, persecuciones, torturas… Pero el poeta no cae nunca en la angustia ni en la desesperación, ni en el sentimiento religioso. Siempre laico y agnóstico, mantiene su fe en la vida.




   Perfección

Queda curvo el firmamento
Compacto azul, sobre el día.
Es el redondeamiento
Del esplendor: mediodía.
Todo es cúpula. Reposa,
Central sin querer, la rosa,
A un sol en cenit sujeta.
Y tanto se da el presente
Que el pie caminando siente
La integridad del planeta.
……………………………….

    Más verdad

Sí, más verdad,
Objeto de mi gana.

Jamás, jamás engaños escogidos.

¿Yo escojo? Yo recojo
La verdad impaciente,
Esa verdad que espera a mi palabra.

¿Cumbre? Sí, cumbre
Dulcemente continua hasta los valles:
Un rugoso relieve entre relieves.
Todo me asombra junto.

Y la verdad
Hacia mí se abalanza, me atropella.

Más sol,
Venga ese mundo soleado,
Superior al deseo
Del fuerte,
Venga más sol feroz.

¡Más, más verdad!
…………………………
Muerte a lo lejos
Je soutenais l´eclat de la mort toute pure
                                                (Valery)
Alguna vez me angustia una certeza,
Y ante mí se estremece mi futuro.
Acechándole está de pronto un muro
Del arrabal final en que tropieza

La luz del campo. ¿Mas habrá tristeza
Si la desnuda el sol? No, no hay apuro
Todavía. Lo urgente es el maduro
Fruto. La mano ya le descorteza.

…Y un día entre los días el más triste
Será. Tenderse deberá la mano
Sin afán. Y acatando el inminente

Poder diré sin lágrimas: embiste,
Justa fatalidad. El muro cano
Va a imponerme su ley, no su accidente.
………………………………….

Miro hacia atrás, hacia los años, lejos,
Y se me ahonda tanta perspectiva
Que del confín apenas sigue viva
La vaga imagen sobre mis espejos.

Aun vuelan, sin embargo, los vencejos
En torno de unas torres, y allá arriba
Persiste mi niñez contemplativa.
Ya son buen vino mis viñedos viejos.
Fortuna adversa o próspera no auguro.
Por ahora me ahínco en mi presente.
Y aunque sé lo que sé, mi afán no taso.

Ante los ojos, mientras, el futuro
Se me adelgaza delicadamente,

Más difícil, más frágil, más escaso.

SELECCIÓN DE POESÍAS DE AUTORES DE LA GENERACIÓN DEL 27: PEDRO SALINAS

PEDRO SALINAS

Tres de sus más famosos libros de poemas forman un ciclo amoroso que va desde el descubrimiento gozoso de los amantes hasta la tristeza y el dolor por el amor acabado.



¡Cuanto rato te he mirado
sin mirarte a ti, en la imagen
exacta e inaccesible
que te traiciona el espejo!
“Bésame”, dices. Te beso,
y mientras te beso pienso
en lo fríos que serán
tus labios en el espejo.
“Toda el alma para ti”
murmuras, pero en el pecho
siento un vacío que sólo
me lo llenará ese alma
que no me das.
El alma que se recata
con disfraz de claridades
en tu forma del espejo.
…………………………

Sí, por detrás de las gentes
te busco.
No en tu nombre, si lo dicen,
no en tu imagen, si la pintan.
Detrás, detrás, más allá.
Por detrás de ti te busco.
No en tu espejo, no en tu letra,
ni en tu alma.
Detrás, más allá.

También detrás, más atrás
de mí te busco. No eres
lo que yo siento de ti.
No eres
lo que me está palpitando
con sangre mía en las venas,
sin ser yo.
Detrás, más allá te busco.
Por encontrarte, dejar
de vivir en ti, y en mí,
y en los otros.
Vivir ya detrás de todo,
al otro lado de todo,
-por encontrarte.,
como si fuese morir.
……………………….
Cuando cierras los ojos
tus párpados son aire.
Me arrebatan:
me voy contigo, adentro.
No se ve nada, no
se oye nada. Me sobran
los ojos y los labios,
en este mundo tuyo.
Para sentirte a ti
no sirven
los sentidos de siempre,
usados con los otros.
Hay que esperar los nuevos.

Se anda a tu lado
sordamente, en lo oscuro,
tropezando en acasos,
en vísperas; hundiéndose
hacia arriba
con un gran peso de alas.
Cuando vuelves a abrir
los ojos yo me vuelvo
afuera, ciego ya,
tropezando también,
sin ver, tampoco, aquí.
Sin saber más vivir
ni en el otro, en el tuyo
ni en este
mundo descolorido
en donde yo vivía.
Inútil, desvalido
entre los dos.
Yendo, viniendo
de uno a otro
cuando tú quieres,
cuando abres, cuando cierras
los párpados, los ojos.
……………………………

Ayer te besé en los labios,
Te besé en los labios. Densos,
rojos. Fue un beso tan corto
que duró más que un relámpago,
que un milagro, más.
El tiempo
después de dártelo
no lo quise para nada
ya, para nada
lo había querido antse.
Se empezó, se acabó en él.
Hoy estoy besando un beso;
estoy solo con mis labios.
Los pongo
no en tu boca, no, ya no
-¿adónde se me ha escapado?-
Los pongo
en el beso que te di
ayer, en las bocas juntas
del beso que se besaron.
Y dura este beso más
que el silencio, que la luz.
Porque ya no es una carne
 ni una boca lo que beso,
que se escapa, que me huye.
No.

Te estoy besando más lejos.