Género literario
Las flores del mal pertenecen al
género lírico, género caracterizado por ofrecer un discurso muy subjetivo
en el que predomina la función emotiva y la poética ya que en las obras líricas
no se desarrolla una historia sino que se expresan sentimientos, emociones o
ideas. Generalmente son breves y se centran en un solo aspecto, lo que
posibilita la acumulación de recursos expresivos. Se suelen presentar en verso,
aunque también existen obras, como veremos en Baudelaire, que fue un precursor,
en prosa lírica o prosa poética.
En
la obra de Baudelaire son más frecuentes los poemas en los que domina la narración
y la descripción más que los que expresan una poeticidad pura, por ello presenta en sus poemas,
frecuentemente, una pequeña estampa o una pequeña historia, que, a veces, se
convierten en cuadros simbólicos o alegóricos en los versos finales.
Baudelaire
utiliza una lengua sonora y rítmica en la que aparecen rasgos formales del
Romanticismo, del Parnasianismo y del Simbolismo, pero la densidad de sus temas
y sus violentos contrastes lo alejan de este último movimiento. La pureza y la
precisión de su estilo hace de él un poeta clásico, pero la irracionalidad de
su espíritu atormentado lo convierte en un poeta moderno, precursor de la
poesía del siglo XX.
Su
estilo se caracteriza por la utilización recurrente de algunos recursos
literarios, especialmente de los siguientes:
-El símbolo, o técnica de aludir realidades
complejas (la muerte, la soledad, el paso del tiempo…) a través de la elementos
sensoriales, evocaciones de objetos, ideas o sensaciones. No se busca la
expresión directa, sino la sugerencia.
-La sinestesia o relación entre sensaciones
de sentidos distintos, es el recurso más empleado por Baudelaire, pues expresa
tanto las correspondencias horizontales como las verticales.
-El oxímoron (combinar dos palabras o
expresiones de significado opuesto: “fuego helado”) y la antítesis (“el
odio y el amor”) son recursos que articulan toda la obra desde el mismo título:
“flores/mal” y responden a la concepción dualista que estructura sus poemas
entre el Ideal y el Spleen.
Baudelaire
también utilizará en sus poemas metáforas, comparaciones, exclamaciones, e
interrogaciones retóricas, personificaciones, adjetivación… Su vocabulario es
rico y concreto, sin abstracciones, e incorpora, de forma novedosa, el lenguaje
cotidiano.
La
musicalidad será una de las bases de la poesía simbolista, y esta se logra con
los recursos de repetición, fónica (aliteración, rimas), sintáctica (paralelismos
sintácticos), léxica (anáforas) y semántica (sinónimos, antónimos…).
En
cuanto a la métrica, Baudelaire combina estrofas clásicas pero con
innovaciones. La forma preferida es el soneto, en el que juega con las rimas
francesas “femeninas” y “masculinas” de serventesios, cuartetos y tercetos
(sonnets libertins). Los versos son, generalmente, dodecasílabos o alejandrinos
franceses (en Francia no se incorporó a la poesía el endecasílabo italiano del
Renacimiento, como en España; por otro lado, conviene recordar que en la poesía
española el alejandrino es un verso de 14 sílabas). También usa frecuentemente
los pareados dodecasílabos. Es el
introductor del verso libre en la poesía francesa, que supone una alteración
novedosa de la métrica tradicional, combinando, por ejemplo, heptasílabos y
eneasílabos, pero que conserva, a diferencia del verso libre de la poesía
española, rima y medida.
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